Al escapar Teseo del Laberinto e irse con Ariadna de Creta, Minos se enfadó muchísimo con Dédalo, el arquitecto del laberinto, y mandó que lo encerraran con su hijo Ícaro dentro del mismo.
Por si conseguían escapar, en la puerta puso dos guardias con la orden de cortarles la cabeza si los veían aparecer.
Para escapar, Dédalo construyó unas alas con materiales que encontró allí... Y Dédalo e Ícaro salieron volando de Creta.
Ya volaban sobre el...